Pilar comparte su experiencia como voluntaria en Calcuta.

«Siempre tuve la necesidad de hacer algo así y a mis 52 años, por fin, he podido cumplir mi sueño. Yo creía, ingenua de mí, que iba a ayudar a trabajar y a dar algo de mí. Estaba equivocada, recibí más de lo que jamás pude pensar. Me he traído miles de besos, abrazos y miradas que nunca olvidaré, experiencias de una vida muy diferente a la mía. Colores me arropó, ayudó y apoyó en todo y siempre sentí ese brazo protector cerca de mí.

El trabajo y vivir la ciudad de Calcuta es duro, es importante ir bien preparado tanto física como mentalmente. Mis ojos y mi alma vieron y sintieron cosas tan terribles, vidas tan diferentes a la de “nuestro mundo” que pensé que los seres humanos somos terriblemente injustos con los seres humanos, pero que hay una pequeña parte de este mundo que quiere cambiar eso y trabaja para intentar conseguirlo.

Quiero agradecer, tanto a María de Muns como a Antonio Mesas, haberme dejado poner mi pequeño grano de arroz en forma de ayuda y participar durante tres semanas en su proyecto. Lo que más me ha gustado de éste es el inmenso respeto que procesan a la forma de vida, cultura y costumbres de todas las personas que se benefician de él y a los trabajadores locales que, día a día, sacan el trabajo adelante (claro ejemplo según mi opinión, de cooperación para el desarrollo).

Tanto en el Centro Médico de Pilkhana como en Anand Bhavan estuve con niños y niñas muy especiales y viví en primera persona sus progresos y su entusiasmo por la vida y por ser feliz. He convivido y colaborado con los trabajadores locales y he aprendido de ellos el entusiasmo por su trabajo, me traigo ese entusiasmo y su gran amistad.

Detrás de todo esto hay un durísimo trabajo hecho por Colores todos estos años, y siendo, como soy, profesional de la salud me doy cuenta del inmenso esfuerzo que se ha hecho para conseguir lo que tienen ahora, con los medios de los que disponen. No creo que sepa expresar la gran admiración que he sentido al comprobar esto. Si alguien quiere hacer un voluntariado le invito a que conozca Colores y participe con ellos en este Gran Proyecto para que entre todos pueda seguir creciendo día a día.

Por otra parte, la convivencia con mi grupo de voluntarias también ha sido muy especial. El balance ha sido muy positivo, más teniendo en cuenta que éramos nueve personas muy diferentes entre sí y que no nos conocíamos de antes (salvo por las reuniones que tuvimos para preparar el viaje). La experiencia con ellas ha sido estupenda, hemos compartido todos estos días el duro trabajo y momentos de ocio que nos han enriquecido a todas y nos han unido en una amistad muy particular.»

Pilar Banegas

Auxiliar de enfermería (Madrid)