La desnutrición desde cerca. Ana Lago Rivaya
Presenciar una entrevista de admisión de una madre con su bebé desnutrido fue una de las cosas que más me impresionó de mi viaje durante el voluntariado con Colores de Calcuta. La llegada al Centro Médico del barrio de Pilkhana, como sucedía casi todos los días, de un pequeño de 3 meses con apenas 3 kilos de peso, me dio de frente con la realidad y las necesidades de un país donde creo que puedo decir que se encuentran los más pobres de entre los pobres. La madre, una joven de veinte años con otro hijo de dos años, había tardado varias horas en llegar al Centro en transporte público. Aunque parecía tener algo de leche, su bebé ya no contaba con fuerzas para succionar, preocupación que le había hecho